domingo, 2 de marzo de 2014

Otra vez el mismo día



Llegó ese día en el cual volvería luego de un fin de semana de haraganería y en el que pretendía sin ninguna duda alguna alegría o por lo menos un buen momento de camaradería.

De repente toco la alarma, era el momento en el que había que levantarse nuevamente con hombría y era claro que nadie se oponía.

Otra vez estaba ahí esa persona que se ponía hablar de geografía y de climatología, el mismo que no dejaba de parlotear todo el día.

En ese instante lo único que yo quería era que se terminara esta agonía y ahí estaba él, seguía hablando como si estuviera dictando en una clase de mecanografía.


La verdad que si sabía que este tipo me iba a sacar toda mi energía no venía y no sé cómo sería si alguna vez él faltaría pero seguramente empezaría mejor el día. 


Esto está dedicado a esos profesores que tenemos en la vida, especialmente los que son pesados y demasiado conflictivos con los alumnos, además de aburridos, que ni ganas le da a uno de entrar a la clase. 

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